LA VERDAD EFÍMERA
Esta entrada estaba preparada para ser insertada en el blog el pasado 8 de mayo. Pero ha habido que pasar por el taller de reparaciones. Cada vez mi biología se parece más a esos coches cubanos privados, que padecen de todo, llenos de piezas de mil procedencias, alambres de todos los colores y traquetean por las calles de La Habana. Pero cada vez el vehículo este pasa más tiempo en el taller y cada vez, también, las reparaciones son… más provisionales.
Mi pensamiento estos días ha sido en de cerrar definitivamente este blog. Se refiere a mi visión del mundo exterior y eso… está en manos de cualquiera, cada uno desde su visión y la mía, lógicamente, tiene poca importancia, tan poca que ya nadie la echa de menos, lo cual es lógico.
Pero, puesto de nuevo en mi “cueva”, dejaremos que las cosas lleguen hasta donde tengan que llegar (ya no muy lejos) antes de cerrar el mundo exterior como tema de preocupación y pasar al interior. VAMOS CON LO ESCRITO ANTES DE MI PASO POR EL TALLER.
Las nuevas formas de comunicación están proporcionando tal acumulación de noticias y tan diversa índole que, por mucho que se las quiera resaltar y aprovechar, de acuerdo a intereses particulares o grupales (de los grupos de opinión o presión), su presencia es corta en la mente de la ciudadanía. Las noticias se acumulan y se superponen, de tal modo que unas ocultan a las otras, lo que imposibilita su análisis y valoración racional.
Eso provoca que, al final, lo de menos sea el hecho que da lugar a la noticia, sino el énfasis que se pone en aspectos laterales a dicha noticia.
Veamos. No hace tanto hemos sufrido un ataque terrorista del que no ha pasado ni un mes. A estas alturas ya no importa el atentado, sino el comportamiento de no sé qué instituciones. De paso si alguien ha hablado del islam se le ha acusado de “islamofóbico” y se le ha lapidado, como si el yihadismo fuera algo que se diera fuera del islam. A nadie se le puede ocurrir pensar que asumir la relación terrorista de este tipo con el islam suponga pensar que todo el islamismo es malo ni todos los islamitas, pero eso no quita para penar y escribir que la “yihab” es “cosa” del islam.
El razonamiento se inicia diciendo que todos los movimientos religiosos tienen o han tenido su “yihab”, lo cual es cierto, como lo es penar que NO TODO el ISLAM es el problema.
A continuación se argumenta que la culpa de ese movimiento está en occidente o en ciertas potencias o porque ponen las armas o porque tienen oscuros o no tan oscuros intereses en tal o cual territorio.
Y mientras tanto el hecho en sí, “la verdad” se evapora, porque, a partir de esos razonamientos nos podemos ir al tema ideológico que queramos o nos interese, ya hemos diluido la verdad, ya no queda nada de ella.
Si algo nos queda son los minutos de silencio, las concentraciones o la música con la que hemos querido lavar nuestras culpas y nuestra racionalidad.
Y ese es solo un ejemplo. Otro lo es el hecho de que durante los actos por los que se recordaba que hacía 20 años que había muerto asesinado Miguel Ángel Blanco, hecho que provocó en España las más numerosas manifestaciones de toda la historia, el 80% de los jóvenes vascos menores de 30 años no tenían ni idea de quién fue ese tal Miguel Ángel.
Hemos convertido la verdad en algo efímero y, por supuesto, nada importante.
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