LAS FUGAS DE MENORES
Cada vez son más los problemas que afectan a los jóvenes de nuestra sociedad. Pareciera que en algunos comportamientos se comportaran como adultos con desorden en su desarrollo y en las actitudes vitales. No hay desorden que no les afecten o en los que no participen, aún más en los momentos en que tendrían que estar formándose como seres humanos.
Es un tema que me preocupa y me lacera, sobre todo porque he trabajado en temas relacionados con sus comportamientos y en su educación.
Hoy me quiero hacer eco de los últimos datos publicados por la Fundación ANAR y que divulga ABC Según esa información, en 2016 fueron 199 los jóvenes huidos, en 2017 446.
Hasta primeros de mayo de 2018 permanecen activos 2749 casos.
Todo ello puede verse de un modo gráfico en la imagen que acompaña a esta entrada. Según ANAR, esos datos son debidos al aumento de la violencia en el entorno de los menores. «Las situaciones de violencia a las que se enfrentan han aumentado de forma exponencial, se han multiplicado por cuatro desde 2009».
Según constata la Fundación, el maltrato físico, el maltrato psicológico continuado y la dificultad de relación con los padres son los principales motivos para la huida, a veces agravados por otros problemas psicológicos, acoso o abusos.
El tema es preocupante y nos debe hacer reflexionar sobre el comportamiento de los adultos con los menores.
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