LOS DISLATES DE INTERNET
Últimamente, cada vez que en occidente hay algún compromiso electoral, se ponen en marcha campañas para influir en los ciudadanos que han de ejercer el derecho a votar (Ahí están los casos de USA, Francia o Alemania, por ejemplo).
En todos los casos hay varios tipos tipos de acciones: verter medias verdades, cargadas de muchas mentiras interesadas, por los grupos políticos; intentar cargar las redes de opiniones en un sentido o en otro, propio de los grupos de opinión y la ingerencia de grupos con intereses más globales, como los que efectúan Rusia o Corea del Norte, por ejemplo.
Está claro que siempre se dejan opiniones o se recomiendan actuaciones basadas en intereses, individuales o colectivos, pero nunca, como en esos casos, tan cargadas de sugerencias tan tergiversadas.
Puede haber personas que digan que eso está bien, que es una muestra más de la horizontalidad de las informaciones y de que podemos disponer de opiniones de todo tipo sin que medie otro mecanismo de control, incluso que siempre ha habido tergiversaciones, pero en manos de menos grupos. Es cierto, como lo es el hecho de que nunca se ha puesto tanto empeño ni se han usado tantas mentiras.
Del mismo modo, nunca hasta ahora se había usado con tanta profusión la difamación o se habían falseado tantos datos.
Hay que buscar la verdad entre demasiado desecho informativo.
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