NOS QUIEREN TONTOS
A estas alturas parece claro que las Tecnologías de la Comunicación y la Información, aparte de beneficios, está aportando el surgimiento de mundos de mentiras y falsedades, unas veces desde la ignorancia y otras desde el interés.
Internet nos ha facilitado la conexión con los demás, lo cual ha creado una falsa sensación de capacidad de comunicación y de relaciones, de tal modo que pareciera que conocemos a todos cuantos participan en nuestras redes. Es cierto que esa capacidad de comunicación se ha multiplicado exponencialmente y que puede haber algún nexo común con todas nuestras relaciones en las redes, pero no lo es menos que tanto esa comunicación como el tipo de relación que propicia internet son puntuales, inmediatas, fáciles y etéreas, por llamarlas de algún modo.
Los individuos son diferentes cuando se creen amparados en la masa, en el anonimato, que cuando tienen que relacionarse “cuerpo a cuerpo” (permítase la expresión). Digamos que en el primer caso somos más atrevidos.
Y ese atrevimiento facilita el que algunos se “desmelenen” y dejen salir su peor y más escondida cara o que grupos de intereses o presión nos inunden de noticias falsas o interesadas, lo cual convierte a diario la red en un correlato repleto de falsas apariencias.
En muchos casos los listados de relaciones están repletos de meros observadores o de simples “cotillas” (WhatsApp sería un buen ejemplo).
Dicho eso, no podemos dejar de afirmar que INTERNET permite crear nuevos lazos, hacer más horizontal la información, estrechar las relaciones, pero aún nos queda un largo camino por recorrer para que eso sea así
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