DE LA PARADOJA AL ESPERPENTO
La situación política catalana es de una pesadez insoportable. No hay día ni hora en que no se descubra alguna ocurrencia para que se preocupen de ella los medios y para que nos vuelvan locos a la hora de intentar interpretarla.
Hoy se constituye el nuevo Parlament y antes de comenzar ya se ha iniciado el circo, saltándose las sentencias, las advertencias de los letrados y lo que se ponga por delante. Los supremacistas lo son en todo, claro.
La culpa, según la inefable, Ada Colau, es de los “constitucionalistas” (solo faltaría). Supongo que de su incoherencia también y de sus pactos con Podemos y de no cumplir con casi ninguna de sus promesas.
Me ha gustado el perfil académico de Roger Torrent, pero no su carácter y su adversión a lo “no catalán”, que a estas alturas de mestizaje no se sabe cuál sería.
Pero sigue volviéndome loco el pacto de última hora entre los nacionalistas pancatalanistas y supremacistas y su desprecio a las normas. Aunque tomo nota, porque por la misma regla de tes supongo que la recién nacida TABERNIA puede hacer lo mismo y hasta yo puedo interpretar las normas y leyes como me salga en el momento que me interese. Es más, puedo seguir desde ya el viejo eslogan de un anuncio y declarar “La República Independiente de mi casa”.
Ya lo hacen algunos al revés, vean: Los psicólogos independentistas vinculados a ANC dejarán de pagar la cuota obligatoria para ejercer porque el Consejo General de Psicología es español y fue "indiferente a las cargas del 1-O".
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