La vida no es sino un continuo fluir de paradojas

jueves, 25 de enero de 2018

LA POLÍTICA ES UN JUEGO DE PODER

LA POLÍTICA ES UN JUEGO DE PODER

No creo que nadie tenga duda de la afirmación que sirve de entrada a estas palabras. Hay personas que creen pensar lo mismo (al menos en teoría) respecto al medio social, económico, de relaciones, del trabajo y del bienestar de los ciudadanos y se reúnen para lograr el poder necesario que haga posible llevar a la práctica su pensamiento. Son los partidos políticos.

Ocurre que hasta ese siglo XXI esos partidos políticos estaban aglutinados. Me explico, solía haber dos predominantes y algunos más que servían de bisagras para el poder de uno u otro de los importantes o para aglutinar descontentos.


El siglo XXI ha traído la diversificación de pareceres sobre el bien común, de los valores, de la ética y el poder de los jóvenes (o el cambio de generación), que son más atrevidos.

De ese modo, al menos en Europa, el panorama político se ha diversificado. Ese hecho no es ni bueno ni malo en sí, excepto por algunas pequeñas cuestiones que están por resolver.

La primera cuestión es que la política se ha centrado ahora en la lucha por el poder entre los mismos partidos y no con las necesidades de los ciudadanos y la segunda es que una situación así requiere estar preparados para PACTAR, para llegar a CONSENSOS y eso aún no ha calado en los partidos que tenemos.

Que es así lo demuestra el hecho de que ningún líder habla de las necesidades sociales, sino el desgaste del o de los partidos a los que puede arrebatar votos.


Hay, por otra parte, mucho personalismo en los partidos, tanto, que los ciudadanos no votan a los candidatos de su circunscripción, sino a los cabeza de lista nacionales (se de a ese concepto el sentido que se quiera, que el posmodernismo da para mucho) y así no se hace política, sino POLITIQUEO.

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