LA VIDA ES SUEÑO (Para el día de los sueños)
El día 6 de enero nuestra cultura lo ha convertido en el día de la ilusión y los sueños, de la esperanza, de los propósitos, de los premios…
No he podido quitarme de la cabeza la obra de Calderón, La vida es sueño, quizá porque, al final y no tan al final, efectivamente todo queda reducido a un sueño, a un recuerdo.
De la obra he elegido una parte bien conocida por todos: el final de la Jornada Segunda, porque , junto con el inicio, representa muy bien lo que va pasando en la mente de los que, aquejados por lo que sea, ven su vida reducida a aguantar entre cuatro paredes por largo período de tempo.
Es verdad; pues reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive sueña
lo que es hasta despertar.
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte (¡desdicha fuerte!);
¡que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!
Sueña el rico en su riqueza
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende;
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
Calderón de la Barca. La vida es sueño. Final Jornada Segunda
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