LA DISCRIMINACIÓN ECONÓMICA
Las diferencias y discriminaciones vienen dadas por multitud de variables que se toman como criterio de distinción entre las personas. En todas ellas se acaba estableciendo, se quiera o no, de modo latente o expreso, cierta superioridad o inferioridad, en términos sociales de unos individuos sobre otros.
Son diferencias que suelen ser visibles, externas, sea cual sea el criterio que se tome como referente, pero de todas ellas a que más dolor produce, a mi entender, es la varable económica.
Cuando se habla de diferencias económicas nos solemos referir a as clases sociales instaladas en la sociedad desde tiempos ancentrales y basadas en la posesión de capital monetario. Y según ella halamos de clase alta, media o baja.
La clase baja vive en condiciones precarias y sobre ella recaen las más duras consecuencias, sobre todo por no tener una economía estable. La clase media tiene economía estable, per ni les sobra ni les falta, por decirlo de un modo fácilmente entendible. La clase alta tiene un trabajo o unas posesiones bien remuneradas y una vida económica estable y que les permite hacer y tener lo que deseen.
Esas diferencias son las que provocan las desigualdades sociales. Curiosamente, además la recuperación económica no ha ido acompañada de a disminución de la desigualdad. Esa desigualdad ha ido aumentando, tal y como lo muestra el último Informe Oxfam Intermón., hasta el punto de que, en España, las tres personas mas ricas del país acumula la riqueza del 30% más pobre.
Tristemente hemos de reconocer que España sigue siendo el segundo país de la Unión Europea donde más ha crecido la desigualdad desde que estalló la crisis, y donde ésta ha seguido aumentando a pesar de los últimos años de crecimiento económico. En palabras de Íñigo Macías, uno de los autores del estudio, ha explicado en rueda de prensa este lunes que "el 10 % de los españoles más ricos concentraron más riqueza, un 56,2 %, que el resto de la población".
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