LA UBICUIDAD DE LA IGLESIA
Hablar de “La Iglesia” (CAR) es harto complicado, quizá porque su misma estructura lo sea o quizá porque su supervivencia tenga su razón de ser en estar presente a un mismo tiempo en todas partes, omnipresente, por más que lo haga un poco a remolque de la historia, aunque sin perderse nada de lo que ocurre a su alrededor.
El caso es que es la estructura con mayor nivel de supervivencia y que mejor se adapta a lo que sea la organización humana en la que actúe. Y lo hace, como es fácil suponer, poniendo “una vela a Dios (al que dice servir) y otra al diablo (contra el que dice luchar).
En el caso de la Iglesia esparcida por el noreste peninsular el caso es claro. No importa saltarse el orden eclesiástico, razón por la cual al espaldas del Arzobispo de Barcelona, sus Obispos firmaron na carta a favor de la DUI, por ejemplo o que 400 sacerdotes hicieran los mismo, amplificando el discurso separatista.
El pago, encima, ha sido e de implicar a J.J. Omella, el tal Cardenal, en ciertos manejos “discretos” de Junqueras y el Gobierno Central, acción que tenía prohibida por el propio Papa.
Esta Curia siempre ha defendido, incluso sin que nadie se lo pidiera, que las aspiraciones de pueblo del noreste son legítimas (su supone que tanto las del NO como las del SI, porque en caso contrario no habría forma de entender la frase (y es textual)
Decíamos que esta Iglesia pone una vela a Dios y otra al Diablo y quizá por eso mantenga de su pecunio una revista nacionalista acérrima (Catalunya Cristiana), una emisora (también nacionalista: Ràdio Estel y una web no nacionalista (germinansgerminabit.org) .
Lo curioso es que en una de las entradas de esta web se alude a los atentados de Barcelona y Cambrils bajo una foto que dice: “Felipe, quien quiere la paz no trafica con armas” y “Mariano, queremos paz, no vender armas”. Ambos lemas están muy bien y los suscribo, pero ¿Son conscientes estos sabios que la región de España que más armas vende al mundo islámico es Catalunya?
Por cierto, en la vida religiosa hay pecados y en la civil incumplimiento de las leyes, por lo que no se puede estar en contra del pecado y a favor de la ilegalidad, por lo que no es justo que se diga (como se dice en el último número de la revista citada) “Con el gobierno legítimo de Catalunya”. Eso es cinismo.
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