LA PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN LA EDUCACIÓN
El Instituto Asturiano de la Mujer del Principado de Asturias publicó en 2017 una guía que puede ser ver de complemento a otras que se han publicado en el mismo sentido en otras Comunidades. Es una pena que el trabajo no se haya hecho en colaboración, porque tendríamos el mejor de los instrumentos.
Está en la red (ver) pero para resaltar su presencia reproducimos una parte que tiene que ver con la formación del profesorado.
FORMACIÓN DEL PROFESORADO
Cuando hablamos de violencia de género no estamos hablando de una violencia cualquiera, no tiene sentido do lo que a veces oímos de “yo estoy en contra de la violencia, la violencia no tiene apellido”. Sí, la violencia tiene apellido porque la violencia de género tiene unas causas muy concretas y en el conocimiento de esas causas está la clave para su prevención.
De hecho, que la violencia de género tenga unas características tan particulares, hace que la formación sea fundamental para atajarla, no se puede hacer desde el instinto o solamente desde la buena voluntad, necesita una formación especializada para que las personas encargadas de su prevención no pierdan de vista sus peculiaridades y sepan dar respuesta a una labor educativa que es fundamental en la sociedad actual: prevenir las conductas violentas que tienen su base en el machismo en los chicos y alertar a las chicas de su socialización en la sumisión y en el amor romántico como proyecto de vida.
La prevención de la violencia de género no solamente va enfocada hacia la víctima, para que reconozca los síntomas de esa violencia y pueda defenderse de ella, sino que se focaliza también en las conductas de los agresores y en la deconstrucción de la masculinidad violenta que lleva a situaciones de maltrato.
Que la violencia contra las mujeres es un problema social enorme ya casi no lo duda nadie, si bien, todavía tenemos en nuestra sociedad quien intenta minimizarlo por no entender en qué consiste o, simplemente, porque no desea cambiar ninguna de las causas que abocan a la violencia. Sin embargo, aunque el reconocimiento social de que existe esta violencia contra las mujeres es generalizado, no así las estrategias para prevenirlo desde las familias y desde las escuelas o institutos.
En algunas ocasiones, oímos comentar a personal docente que estos temas deben traerlos ya desde las familias, que no es el ámbito escolar el que tiene que dedicarse a estas cuestiones, que ya bastante tenemos con currículos inmensos que no podemos abarcar, etc. Sin negar que la carga académica de nuestra educación es, todavía, aplastante y que las leyes educativas dan más peso a todo lo académico que a la educación para la vida, sin negar tampoco que las condiciones del personal docente son peores ahora que hace unos años por haber sufrido en sus carnes las medidas directas de recortes por la crisis, sin negar que la familia es importantísima en la socialización de las personas, no debemos olvidar que un centro escolar tiene la obligación de hacer una educación para la igualdad y para la prevención de la violencia de género y así lo dicen leyes orgánicas que fundamentan estas actuaciones.
Es cierto que la familia es el primer ámbito de socialización de las personas, pero nadie puede obligar a una familia a ser igualitaria y a educar en igualdad para la prevención de la violencia de género, sin embargo el personal docente y los centros educativos sí que están obligados por ley y la educación para la igualdad debería contar, de forma sistemática y generalizada, con recursos, formación y seguimiento por parte de Inspección.
LEGISLACIÓN
Ley orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género
Ley orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efec va de mujeres y hombres
Ley del Principado de Asturias 2/2011, de 11 de marzo, para la igualdad de mujeres y hombres y la erradicación de la violencia de género.
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