La vida no es sino un continuo fluir de paradojas

martes, 24 de octubre de 2017

LAS PALABRAS

LAS PALABRAS

Se ha jugado tanto y tan malévolamente con las palabras que es posible que necesitemos otro diccionario que nos muestre los nuevos significados y, sobre todo, qué esconde cada una de ellas detrás de su supuesta denotación.

Y no me refiero ahora a la manía esa de incluir palabras en otros idiomas, que viene de la mano de la tecnología o de movimientos sociales (modas, snobismos, posturas de algunos grupos, etc,) que las más de las veces no las entienden ni los que las usan.

Pienso más bien en palabras como: libertad, democracia, derecho a decidir, fascista, catalanista… , etc.,que se usan de un modo curioso, unas veces significando lo contrario a su definición y otras hasta como insulto.

Palabras así se han convertido en piedras a arrojar a quien sea y en algo agresivo, una vez inventado un presunto enemigo.

Así, “fascista” es alguien que no piensa como el grupo nacionalista y al nominarlo de ese modo se le quiere convertir en enemigo a alguien a quien intimidar según algún juicio sumarísimo que hace cualquier cabeza hueca (o no). Nadie piensa ni por un momento que fascista es el que se comporta usando ese término como algo intimidatorio y lo hace según una consigna, lo que demuestra eso que decíamos, que el fascista es el que usa el término como arma.

El término, por otra parte, coloca a quien lo recibe fuera del terreno de la libertad, en el campo enemigo, lo que viene fabricando dos campos en litigio en la ciudadanía catalana, difíciles de unir en el futuro. Y esta división se ha fabricado con una MANIPULACIÓN DE LA REALIDAD como justificación.

Una MANIPULACIÓN de relatos falsos, que intentaban TAPAR lo que en realidad es una REVOLUCIÓN. El velo para taparla han sido las INFORMACIONES FALSAS, LA MODIFICACIÓN DE LA HISTORIA Y LA CREACIÓN DE UN POEMARIO, también falso, SOBRE LA LIBERTAD DE DECIDIR, cuestiones de las que ya hemos hablado en estas entradas hace muy poco tiempo.


De este modo hasta se ha aceptado que Marta Ferrusola y su clan, no han robado, sino que han repartido los beneficios entre los buenos catalanes para que nos se los llevara el Estado opresor y extranjero. Vaya tela.

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