La vida no es sino un continuo fluir de paradojas

miércoles, 18 de octubre de 2017

TRANSICIÓN

TRANSICIÓN

Hoy parece un día de transición, lo es hasta por el tiempo atmosférico, pues llueve en todo el norte, que buena falta nos hacía. Hasta es posible que la lluvia esta calme un poco los ánimos, tan encendidos últimamente (pero eso no ocurrirá, ya lo adelanto).

Aprovecharemos para poner en evidencia algunas paradojas. Por ejemplo: si alguien es un delincuente, pero a mi favor, es un héroe al que elevar a los altares, si no es a mi favor es el más infame de los seres humanos. Dejar encerrados a unos guardias civiles y a una secretaria judicial en un edificio y hacer que salgan por el tejado de madrugada no es violencia, si es a mi favor, ni es delito… solo faltaría, todo es hecho a mayor gloria de la tierra donde eso ocurre. Si hubiera sido al revés otro gallo cantaría. Si alguien baila sobre mi coche, lo llena de pegatinas, roba un arma… y se vanagloria de ello, es un artista  que se muestra ante su público, pero si el coche es mío… ojo con tocar mi coche.

Los “entes” públicos fueron y son creados para servir a los ciudadanos, a todos los ciudadanos. Pues bien, si solo sirven a unos pocos y perjudican a unos muchos, pero lo pocos son de los míos es que lo hacen muy bien, en caso contrario son…piratas endemoniados.


Entre esos “entes” hago figurar a la Universidad, creada para GENERAR conocimiento y distribuirlo, lo cual supone no adorar al poder civil ni practicar la fe ciega, muy al contrario. Pues aquí no, aquí se ponen de acuerdo para hacer de monaguillos obedientes, hacer manifiestos conjuntos a favor del oficiante y cierres institucionales para favorecer huelgas, que dejan de serlo gracias a ellos. Nunca de la fe ciega salió ciencia, sí algunas prebendas, pero no conocimiento, aunque hay que decir que los rectores, tan obedientes aquí, luego protestan en Madrid (hasta que consiguen más dinero, eso sí). 


Es el mundo al revés. Lo de la Universidad me tiene encendido, porque su obediencia ciega la pagaremos muy cara. Al tiempo. La universidad creció y se asentó en oposición a lo establecido, incluso en oposición a sí misma (recuérdese la lucha entre agustinos y benedictinos o dominicos o entre naturalistas y “moralistas”)

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