ANDAMOS PERDIDOS
La entrada del nuevo milenio ha supuesto algo más allá del cambio numeración. La pérdida de poder de las generaciones anteriores y la irrupción de los jóvenes, las denominadas Nuevas Tecnologías, los nuevos modos de pensar y juzgar, los cambios de valores (bueno, por ahora la eliminación de lo que quedaban), el cambio en las fuentes de información y de eso que habíamos llamado “Cuarto Poder” (prensa)… y algunas otras cuestiones en las que ahora no es preciso entrar, han hecho que las circunstancias políticas y sociales hayan cambiado como cambian estas cosas, mezclando elementos viejos con nuevos o generando ovación existenciales, en este caso dispuestos para ser llenados como a cada uno le de la gana, dada la filosofía imperante.
Todo eso lo hemos ido dando por bueno. A fin de cuentas no ha habido época en que eso no fuera así, aunque el ritmo fuera más lento y diera más tiempo ir asimilando los cambios, pero llega un momento en que, o rellenamos los huecos, o se nos va a caer el chiringuito encima.
Por un lado la nueva forma de comportarse los grupos o partidos (pero partidos en trozos) políticos es de locos. No hace falta acudir a ningún sesión de ningún parlamento o sesión de los ayuntamientos: todo está dado y bendecido antes de que nadie hable. Nos podíamos ahorrar tiempo y dinero.
Tomen cualquier caso, en todos se ha operado de igual manera: la prensa (activada por intereses espurios) lanza una noticia y los grupos o partidos o lo que sea se lanza cual manada hambrienta dispuesta a despellejar lo que sea, sobre todo si la cosa puede reportar supuestos beneficios partidistas (a los ciudadanos les pueden ir dando por donde sea, no importan). Provocan una sesión extraordinaria (que suele rellenarse de palabras y razonamientos muy “ordinarios”, porque la cultura, las formas y el comportamiento están sobrevalorados par estos esforzados titiriteros o una Comisión “ad hoc”, pero ya saben de antemano, no sólo lo que van a argumentar los acusados, sino la postura que van a tomar, lo cual es de un cinismo aterrador.
Hay temas que pasan desapercibidos y otros a los que colocan focos de mucha potencia. Por ejemplo: ¿Hay guerra en Yemen? ¿La hay en Siria? ¿Ya no mueren personas intentando cruzar el Mediterráneo? ¿Qué ha pasado con el barco Open Arms? ¿Nos hemos concienciado de que los menores son responsabilidad de todos igual que lo son las mujeres maltratadas? ¿Hemos asumido que la educación, la sanidad y la seguridad son UNIVERSALES y deben contar con consenso de TODOS los grupo o resquebrajados grupos políticos? ¿Qué hacemos con la infancia invisible y desheredada? ¿Solo hemos de aspirar, a costa de lo que sea, a la felicidad individual? ¿Solo es importante usar las nuevas herramientas aunque no se sepa ni qué se lee ni qué se escribe? ¿Lo ocurrido con Facebook se va a arreglar? ¿Las expresiones religiosas han de volver a los templos y solo a los templos?…
Mejor no seguir, pero habría mucha tela que cortar más allá de salir en una foto o ganar un punto en las encuestas.
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