La vida no es sino un continuo fluir de paradojas

viernes, 27 de abril de 2018

MADUREZ

MADUREZ

“Envejecer es inevitable, madurar es opcional.” 
― Anónimo


En general se entiende por MADUREZ el estado de una cosa que ha alcanzado su pleno desarrollo, o de una persona que ha alcanzado su mejor momento en algún aspecto.

El diccionario de la Real Academia Española (RAE) señala tres usos del término madurez: un cierto estado de las frutas; el juicio prudente o sensato; y la edad de un individuo que disfruta plenamente de sus capacidades y que todavía no alcanzó la ancianidad.

Tener madurez emocional significa que has aprendido a aceptar lo que viene y a fluir ante la vida. Como es obvio, la madurez emocional no surge de la nada, sino que requiere de trabajo, de esfuerzo, de voluntad y de ganas de mirar en nuestro interior. Porque no solo es tener la cabeza amueblada, sino también el corazón. 

Se suelen indicar estas características para deducir la presencia o ausencia de esa madurez: 
1. Saber decir adiós
2. Mirar, sin dolor, hacia el pasado emocional
3. Saber lo que se piensa y lo que se siente
4. Dejar de quejarse
5. Empatizar sin sentirse abrumado por las emociones ajenas
6. No castigarse por cometer errores
7. Aprender a abrirse emocionalmente


Aunque la MADUREZ se analiza desde los siguientes comportamientos:

1. Pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor: “Las personas emocionalmente maduras saben que la vida es mucho mejor si se vive en libertad. Así que, dejan marchar lo que ya no les pertenece, pues comprenden que mirar al pasado nos impide cerrar etapas y cicatrizar nuestras heridas emocionales."

2. Mirar, sin dolor, hacia el pasado emocional: Limpiar el dolor de nuestro pasado es absolutamente necesario para poder avanzar en nuestro camino emocional. Las personas emocionalmente maduras conocen la importancia que tiene vivir en el presente.

3. Saber lo que se piensa y lo que se siente: La madurez emocional ayuda a alcanzar una conciencia especial de los pensamientos y los sentimientos propios y ajenos. De hecho, es probable que las personas emocionalmente maduras se esfuercen por escribir y pensar sobre qué opinan de algo o sobre cómo se sienten. De alguna manera madurar es cuidar lo que dices, respetar lo que escuchas y meditar lo que callas.

4. Dejar de quejarse: Dejar de quejarse es la mejor manera de encender el cambio. Las personas emocionalmente maduras lo saben muy bien: o cambias o aceptas.

5. Empatizar sin sentirse abrumado por las emociones ajenas: Las personas maduras emocionalmente son capaces de gobernar y manejar sus emociones y las que les contagian. Eligen lo que quieren conservar y lo que no,

6. No castigarse por cometer errores
Los errores son una buena manera de aprender. Es decir, fallar nos permite saber cuál es el camino que no debemos seguir. Por eso, los errores son bienvenidos en las vidas de las personas maduras.

7. Aprender a abrirse emocionalmente

Quizá fuera bueno añadir algunas características más, dado el valor de esta característica humana. Así consideramos: el saber perdona, tomar decisiones sin miedo, no juzgar a los demás, ser coherentes, saber exteriorizar lo que se piensa, alejar el sentimiento de culpa, se capaces de resolver conflictos y saber cerrar ciclos.


Fuente básica:  Sara Espejo para Mujer Gurú

Extraído de “El Club de los Libros perdidos”, más otros comentarios y complementos personales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario