La vida no es sino un continuo fluir de paradojas

miércoles, 21 de junio de 2017

BUSCANDO UNA VIDA NORMAL

BUSCANDO UNA VIDA NORMAL

Desde que aprendemos a discernir que las relaciones con nuestro medio (social, familiar, ambiental…) proporcionan diferentes respuestas y COMENZAMOS a recorrer el camino entre el SER y el DEBER SER, deseamos vivir nuestra vida (nuestras experiencias), aunque, queramos o no, son deseos que se van erosionando en función de los demás (porque cada experiencia nuestra provoca un tipo de reacción que nos gratifica o no, por ejemplo). A veces ese “moldeamiento” lo efectuamos porque necesitamos apoyo o atención.

Nuestra vida. así, se va modulando como las piedras que arrastra el agua del río, a golpes de agua y con otras piedras, porque buscamos la aceptación del grupo (familiar o social) o la conformidad, o el afecto o lo que sea en cada momento.

Pero todo eso no es, bajo nuestro entender, una experiencia negativa, en la medida en que esas acciones nos van dando la experiencia necesaria para acometer  otras acciones de más calado, nos va dando fuerzas para comenzarlas o exteriorizarlas, nos ayuda a no culpabilizarnos y a SER LO QUE DEBEMOS Y QUEREMOS SER, dicho de un modo mas resumido.

Está claro que la respuesta a esas experiencias provoca reacciones no siempre en el mismo sentido y no siempre iguales en todos, de tal manera que personas que han vivido en el mismo ambiente pueden y suelen tener propuestas vitales diferentes, incluso antagónicas, porque la vida, ese discurrir por el cauce del río, proporciona respuestas en los dos sentidos (en nuestra piedra y en las piedras con las que va chocando). Esto es, la vida es un proceso dialéctico siempre.

Además, eso que buscamos, ese SER lo que QUEREMOS, es erosionado también por nuestras propias posibilidades y por el contexto y la aceptación de los demás.


Y, las más de las veces, eso no es una tarea fácil de dominar ni de mantener en el tiempo.

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