La vida no es sino un continuo fluir de paradojas

sábado, 24 de junio de 2017

DEPENDENCIAS

DEPENDENCIAS

Entre más avanzan las tecnologías más cerca tenemos a nuestro alcance todo aquello que podamos necesitar o que nos apetezca. Esto es, más rienda suelta podemos dar a nuestras apetencias, sean del signo que sea. A la vez, como es lógico, tenemos constancia más rápida y real de lo que eso provoca.

Hoy nos vamos a detener un momento en las drogas, sin entrar en las disquisiciones bizantinas de qué es droga y si debería estar a disposición abierta o no. Eso queda para otras plumas o para otros momentos- La razón: últimamente muchos de los accidentes de tráfico, con consecuencias irreversibles, tienen su origen en la drogadicción de los implicados en esos accidentes.

Está claro que no sólo eso influye en los accidentes. Por ejemplo, el pasado día 22 EUROPA PRESS anotaba que el 51% de los conductores admitían que no guardan las distancias de seguridad. Y datos parecidos han recogido os estudios, como los de AXA 

Este último estudio recoge que un 24% de conductores admite haber consumido drogas (un 13% de manera frecuente), a pesar de que el 79% lo considera un hábito «muy peligroso»..

La cosa es para preocupar, porque eso no se arregla poniendo más o menos trabas en la obtención del carnet de conducir. Hay datos que hacen que lo dicho hasta aquí llame la atención.

En primer lugar citaríamos que está aumentando el número de drogodependientes y, sobre todo, el de mujeres drogodependientes, que hasta ahora se mantenía muy por debajo del nivel de los hombres (la diferencia sigue existiendo, pero se va reduciendo). Eso se puede ver en el Informe que sobre el año 2016 se presentó el día 22 en CaixaForum, realizado por el Proyecto Hombre sobre el perfil de las personas con problemas de adicción.

De ese informe destacaremos:

1. «La gente asocia el perfil de adicto con el de alguien demacrado y adicto a la heroína, pero ese grupo solo abarca un 4%». «El 73% de las personas a las que atendimos tenían trabajo en los tres años anteriores al inicio de su tratamiento, en su mayoría en el sector de servicio, como vigilantes, operarios de comercio o trabajadores de hostelería, pero también en la construcción». Sin embargo, solo un 39%, prácticamente la mitad, lo mantenía al inicio del mismo, evidencia de la «marginalidad y riesgo de exclusión» al que se exponen las personas con problemas de dependencia.
Unas adicciones que se producen por varios factores, que tienen una «gran incidencia», como «la falta de estabilidad en las relaciones afectivas o la presencia traumática de abusos emocionales, físicos o sexuales en las mentes de los dependientes, en especial en la infancia», que desembocan en «problemas al relacionarse con su entorno».
De cada diez personas tratadas por proyecto hombre, siete no tienen estudios superiores o no terminaron la Primaria, mientras que una presenta estudios universitarios. «El fracaso escolar es una variable asociada al consumo de sustancias». Entre estos productos, predomina entre los miembros de Proyecto Hombre el alcohol (39%) y la cocaína (31%). En tercer lugar, aunque alejado, estaría el cannabis (9%).
Desde Proyecto Hombre también remarcan la «precocidad» en la edad de inicio de estas sustancias entre sus pacientes, que está entre los 15 y los 16 años en el consumo de alcohol; los 17 y los 18 en cannabis; los 19 en anfetaminas, inhalantes y otros alucinógenos; y los 20 y 22 en cocaína o heroína. «Es muy difícil encontrar un perfil de consumidor puro. El problema está en la sustancia, no en la persona».


2. Está surgiendo un nuevo perfil de drogodependiente: el de joven adicto a apuestas deportivas 'online'. «La adicción a las nuevas tecnologías provoca aislamiento familiar y dificultades de los jóvenes al relacionarse, pues prefieren estos entretenimientos a otros como la lectura o hacer deporte en un club deportivo. Ello deriva también en problemas sociales y una mayor agresividad». «Este perfil de adicto a las apuestas está muy arraigado en el Reino Unido. En España no está muy marcado, pero estamos registrando ahora un pequeño porcentaje». Una contrariedad para la que también exigen mayor implicación parental, porque «los adultos somos los principales agentes de salud de nuestros hijos».

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