LAS COMPARACIONES

LAS COMPARACIONES

Solemos decir que las comparaciones son odiosas y la verdad es que lo son, sobre todo si no se establecen las condiciones de los contextos que sirven de justificación a cada una de las variables que se seleccionan para establecer esas comparaciones y los juicios de valor subsiguientes.

Un ejemplo claro se puede sacar hoy del Diario EL País. En dicho periódico, Verónica Palomo analiza los comportamientos y estado de la gente de Finlandia, Noruega, Suecia, Dinamarca e Islandia, que ocupan los primeros puestos en las listas de educación, igualdad, conciliación laboral, derechos sociales y calidad de vida.

Sobre ellos y a modo de síntesis, elabora un decálogo de sus puntos digamos que más débiles:

1. Los suecos están más solos que la una 

2. En Islandia toman muchos antidepresivos

3. Finlandia tiene un problema serio con el alcohol 

4. La tasa de suicidios de los países nórdicos es elevada 

5. La violencia de género está muy presente 

6. Ponen a los bebés a dormir en la calle 

7. Algunos bebés finlandeses duermen todavía en cajas de cartón
8. En Noruega se siguen matando ballenas

9. Son poco integradores con los inmigrantes 

10. Los daneses pueden presumir de hospitales, pero no de tener una buena salud 

Como se puede apreciar, no es “oro todo o que reluce”, porque ¿de qué sirven las valoraciones positivas en un marco negativo?