EL COMPADREO Y LA POLÍTICA
Al final los presupuestos de 2017 se aprobarán, gracias a que el PNV y Coalición Canaria se han mantenido “fieles” a sus principios y han compadreado su voto, que han vendido por euros. Lo bueno es que, gracias a la ley de Transparencia (se supone) nadie sepa, excepto los implicados, el valor de esa venta.
Podemos y su líder están tan preocupados por su “imagen” (se supone que también por la ambigüedad de sus posturas y postulados) que quieren encargar un informa para saber la razón de los rechazos que sufre.
También andan preocupados los “morados” y sus “confluencias” ante la previsión de que la bonanza económica rebaje el enfado y fastidie su banderín populista de enganche de socios y afiliados. Personalmente creo que no desaparecerá. Siempre van a tener españoles cabreados en cantidad suficiente y no parece que la otra fracción que intenta afiliar enfadados (el Socialismo de Pedro Sánchez o PSP de nuevo cuño) pueda con todos, sobre todo porque chocarían con los ya afiliados no tan cabreados ni tan enfadados.
Existe también un compadreo latente, todavía pequeño y soterrado entre los componentes del Ayuntamiento de Madrid que baraja dos hipótesis: si se presenta Carmena o si por fin decide retirarse. La solución será otra muestra de lo que queremos señalar.
Y mejor no meterse con los compadreos que se dan en otros territorios, p.e. en Cataluña, con tanta reunión urgente, tanto estirar el anunciado referéndum, el desprecio a los signos de identidad de los demás o a las leyes. etc.
Es tal el lío soterrado de los grupos políticos que, para un observador medio, se le hace imposible saber los lazos o líneas de conexión que existen entre los distintos grupos, por más que, en público, anuncien lo que sea.
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