LA AVARICIA Y LA ESTAFA
En los cambios que comentábamos en la entrada anterior (Los cambios en la perspectiva social) intervino la avaricia de algunos. Fue esa avaricia la que provocó la especulación que recorrió y pervirtió a nuestra sociedad. Está claro que la estructura de esa especulación fue generada por las élites bancarias, a las que no les importó generar productos fraudulentos y multiplicarlos. Avaros fuimos todos (aunque pueda argumentarse que unos más que otros) y estafadores unos pocos (la banca en general y esas élites que nombrábamos antes en particular).
Solamente unos pocos salieron beneficiados de esa crisis mientras otros muchos se han visto muy perjudicados en todas las esferas de la vida y lo peor es que no hemos salido de esa situación con un pacto social de nuevo cuño, sino manteniendo todo de tal manera que la situación puede repetirse en cualquier momento.
Muchos de los que se aprovecharon de esa situación han sido pillados, pero no todos y la sociedad sabe o intuye que hay impunidad, entre otras cosas porque las condiciones de esos fraudes fueron propiciadas por la clase política.
La avaricia, la estafa, la especulación y el compadreo de la clase política y económica nos ha dejado sin moral, sin valores y sin una visión clara y limpia de lo que es un servicio público.
La sociedad se muestra, en su conjunto, más cautiva que nunca de los “voceros” políticos y estos utilizan a los grupos para debilitar las estructuras y favorecer sus intereses ideológicos o de poder, como si eso fuera a dignificar o purificar las actitudes que provocaron la situación vivida.
Pero, si se debilitan las estructuras sociales, caeremos en manos de los autoritarismos, no lo olvidemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario