SOMOS INCREÍBLES

SOMOS INCREÍBLES

Somos increíbles, y no lo digo solamente por los los habitantes de la península ibérica, sino por la sociedad en general. Veamos algunos elementos que nos ayudan a justificar ese apelativo.

En estos tiempos, en los que se está divulgando un virus informático que trae de cabeza a medio mundo y que aún no está resuelto; después de haber conocido cómo y quién filtró la correspondencia de la Sra. Clinton justo antes de la elección del Sr. Trump y después también de que el Sr. Trump borrara del mapa de un plumazo al director del FBI porque andaba indagando sobre esas filtraciones, justo ahora el periódico Washington Post nos dice que el Sr. Trump filtró información clasificada a Rusia. Ya me dirán si no es increíble la cosa.

No es menos increíble que algo que, en principio, importaba un pimiento a la mayor parte de los ciudadanos de este país, como era el concurso de Eurovisión, se haya convertido en tópico mundial la interpretación de nuestro representante. Al final eso de ser el último, de ser mediocre y de su mala interpretación, va a hacerle famoso por no dejar de hablar de él. Increíble.

El lunes asistimos al “debate” entre los candidatos a ocupar la Secretaría General del PSOE y ni hubo debate ni nada, sino tres discursos en paralelo a los que sacar toda la punta que se quiera, pero con pocos puntos de confluencia menos uno: Todos quieren la UNIDAD del partido y, curiosamente, lo que más claro quedó es que esa unidad no está en la mente de ninguno de los tres, sino en lograr estar cada uno por encima de los demás. Con su debate no queda duda que el PSOE o se divide o acaba diluyéndose. Increíble, pero cierto.

Otro de los tópicos de estos días está siendo el hecho de que el presidente Rajoy pusiera una foto suya y unas palabras en la red a las tres de la madrugada estando en China. Parece que nadie se ha parado a pensar en la diferencia horaria que existe entre China y España. Sigue siendo algo increíble.